lunes, septiembre 30, 2013

Ediciones La Biblioteca: Colección Miliuna


Alfredo Luna presenta...

El próximo viernes 4 de octubre a las 19, en el Salón Auditorio de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentin,a Bartolome Mitre 2815, 2do. Piso (frente a la Plaza Once) se presentarán: Vigilia hereje del poeta Alfredo Luna y Ojo astillado, de Hugo Rivella.

César Bandin Ron: Prometo ser feliz...



En la divina luz

En la divina luz de la conciencia
mi alma se mece sobre un éxtasis calmo.
Soy  parte del Dios de la naturaleza;
abro mis brazos, los ojos cerrados,
el oído atento… Una legión
de santos poetas ha tomado el poder,
su bandera proclama: Poesía y virtud.

Prometo ser feliz

Prometo ser feliz, apenas pueda…,
en lo que me resta de esta vida o en algún
otro tiempo en el que retorne como flamenco,
monja de clausura o crisantemo. Lo prometo,
no puede ser que no le encuentre la vuelta. Sí,
tarde o temprano seré feliz; aunque la idea,
debo decirlo, así como me atrae me aterra.

La mañana es tan linda

La mañana es tan linda
que dan ganas de cantar, pero yo
soy tan tan malo cantando…
Mejor camino, me digo, y voy, abstraído,
bajo los árboles en flor, muy despacio;
miro el frente de las casas, miro a la gente
con mi mejor mirada. Acá estoy, soy yo,
César Bandin Ron, caminando encantado
por una soleada calle de Palermo, a plena
conciencia y satisfacción ante la vida.

La poesía es…

La poesía es
una presunción,
una jactancia;
es remar hasta
el centro del lago,
y quedarse ahí,
sin saber bien
por qué
o para qué.

Vivo solo

Vivo solo.
Quiero decir:
solo,
en mí.
Cada vez
más cerca,
cada vez
más lejos.
Mientras...
el ruido crece,
el silencio crece.
(No comprendo
hacia dónde va todo.)
En lo indiscernible,
sombrío
peno por los otros,
peno por mí.

*César Bandin Ron: Del libro Poesía y virtud.

Odiseo Elytis: una canción, un poema




El trébol de los mares

Por una vez en mil años
los duendecillos del mar
entre las oscuras algas
y las verdes piedrecillas
lo plantan y luego brota
antes que el sol se levante
lo encantan y luego brota
el trébole de los mares

Y quien lo encuentre no muere
y quien lo encuentre no muere

Por una vez en mil años
distinto trinan las aves
no ríen ni se lamentan
sólo dicen sólo dicen
--Por una vez en mil años
se vuelve el amor eterno
que tengas suerte que tengas
que suerte te entregue el año
desde los lados del cielo
para ti traiga el amor

El trébole de los mares
quién será quien me lo envíe
quién será quien me lo envíe
el trébole de los mares

*Nota del traductor Miguel Castillo Didier: Para conservar cierto ritmo en estas canciones ( y no poemas, según afirmación de Elytis), utilizamos la forma arcaica "trébole", que, por otra parte, se conserva en canciones castellanas.

La ciclista

La senda junto al mar anduve
que hacía la ciclista cada día

Hallé las frutas que llevaba su canasto
y el anillo caído de su mano

Hallé la campanita y su chamanto
las ruedas el manubrio y el pedal

Hallé su cinturón y en una orilla
una piedra translúcida parecida a una lágrima

Una a una guardé todas las cosas
y dónde ha de estar la ciclista me decía

La vi pasar arriba de las olas
al otro día encima de las tumbas

Perdí sus huellas la tercera noche
en los cielos prendiéronse las lámparas.


*Poeta griego, nacido en Creta, en 1911. Premio Nobel de Literatura 1979.
**Los textos que se transcriben están incluidos en la Antología fundamental, editada por Pomaire en 1981.

martes, septiembre 24, 2013

Patricio Torne: Materialismo dialéctico






Yo vengo de una casa descuidada.
En ella cualquiera entraba sin permiso
ni justificación alguna salvo la de saciar
sus propios deseos.
El lechero, por ejemplo, cada mañana
abusando de todas y cada una de mis hermanas.
Leche en abundancia para ellas, que vinieron,
con el tiempo, a representarlas concienzudamente
como holando-argentinas y helvecianas.

No es casual y aquí se explica el por qué
me espanta la aparente fugacidad de los vendedores
ambulantes: heladeros; afiladores de cuchillos; verduleros;
pescadores; buscavidas de todo tipo, siempre atentos
a cualquier descuido de mi parte.

Mi padre, sin embargo, quiso –sin poder–
poner algo de orden. Lo único que consiguió
–lo pienso ahora– es lucir una mortaja
proporcionalmente blanca y bordada
a su desesperación, ya sin problemas en la próstata.

En mi casa entraban los perros; los suicidas;
los atorrantes de toda laya, y organizaban
campeonatos de fútbol, después de comerse
lo que había en la fiambrera.
Uno de esos atrevidos –el turco negro–
confundió mi cama con la de mi madre,
y desde entonces
vive enamorado de mí, igual que lapa adherido a la piedra,
lo llevo en cada instante, y escribo cosas con qué satisfacerlo,
o espantarlo definitivamente.

La cuestión sería despertar, y saber que ya no duerme
a mi lado, recordándome la casa en que me crié.
Esta manera de ser que confunde a toda gente
señalando como extravagante lo que sólo fue indigencia.

*Patricio Torne (Prov. de Santa Fe, Argentina, 1956).
**De Materialismo dialéctico, Ed. deacá, 2013.



Hilos Editora: Cristian Aliaga

Próximamente en todas las librerías del país.

lunes, septiembre 23, 2013

César Bandin Ron: Vivo solo...



Vivo solo.
Quiero decir:
solo,
en mí.
Cada vez
más cerca,
cada vez
más lejos.
Mientras...
el ruido crece,
el silencio crece.
(No comprendo
hacia dónde va todo.)
En lo indiscernible,
sombrío
peno por los otros,
peno por mí.

César Bandin Ron: Del libro Poesía y virtud.